2009- Ponencia presentada en las Jornadas de Memoria realizadas en la ex-ESMA

“Construcción de memorias sobre la última dictadura militar. El caso del barrio de Floresta”.
Mariel Alonso, María Jimena Boland y Castilla, Ana Butto, Mariela Vanina Dolce, Joan Manuel Portos y Daniel Rivas.

PALABRAS CLAVE: Centro Clandestino de Detención, Memoria, Vida cotidiana.

“Es fundamental partir de la idea de que no hay una sola voz que pueda dar cuenta de esta experiencia; por lo tanto no hay una voz autorizada, hay muchas voces, y todas son parciales.” (Calveiro; s/f: 74)

Introducción
En los últimos años la cuestión de la memoria sobre el pasado reciente se ha incorporado fuertemente al discurso político y, en particular, las políticas de la memoria2 a nivel estatal se han orientado fundamentalmente al trabajo sobre lo acontecido durante la última dictadura militar y sus antecedentes más cercanos. Éstas pretenden superar viejas lecturas del pasado, como la “teoría de los dos demonios” y la “guerra sucia”, por medio de la recuperación de un discurso más general, aportado fundamentalmente por los Organismos de Derechos Humanos: el concepto de “terrorismo de Estado”, la “lucha de las madres y abuelas”, la recuperación e identificación de los cuerpos NN y los nietos apropiados, entre otros.
En este proceso, hay quienes son los encargados de “contar la historia” de lo sucedido y quienes son posicionados en el lugar de “la escucha y el aprendizaje”. En este marco, el Proyecto “Memorias de la última dictadura militar. Proyecto de extensión universitaria con la Asamblea Barrial de Floresta” se propone reflexionar sobre los llamados “vecinos”, sujetos que tienen y han tenido experiencias cotidianas en torno al espacio donde funcionara el Centro Clandestino de Detención (CCD) conocido como “Automotores Orletti”.
En este trabajo presentaremos un breve análisis que da cuenta de cómo las construcciones de legitimidad de las memorias de la última dictadura se hacen presentes en los discursos de los sujetos con los cuales hemos interactuado en el trabajo de campo, posibilitando el pensar la inclusión de “otros” actores sociales.

Orletti y el barrio
La entrevista, como dispositivo, podrá tener características diversas en distintas situaciones de trabajo empírico. Por ello, es preciso considerar la especificidad del objeto de estudio y la misma reconstrucción de la técnica en función del proceso de investigación. El conocimiento de estos elementos y del abordaje metodológico posibilitará el reconocimiento del contexto particular que funciona como marco de referencias para las presentes disquisiciones y reflexiones.
Nuestro abordaje busca documentar aquello que se encuentra no documentado, y las memorias de los “vecinos” son parte de lo no registrado. En los últimos años, las producciones que consideran el lugar de la sociedad civil en el desarrollo de la última dictadura se han ido incrementando (Vezzetti, 2002; Calveiro, 2006). Algunos de ellos abordan de manera empírica la relación de los CCD con los espacios sociales circundantes (Levín, 2005; Mora, 2005; Águila, 2006).
A partir de un trabajo de campo realizado previamente encontramos ciertas coincidencias entre ésta bibliografía y nuestro trabajo. Desde 2002 hasta 2005 realizamos trabajos con “vecinos” en el contexto de la recuperación del ex - CCD Mansión Seré. Muchos de los “vecinos”, al hablar del período dictatorial, afirmaban no saber nada, por no ser ellos “los que lo vivieron”. En esta última categoría entrarían aquellos que fueron detenidos (desaparecidos) o presos políticos, sus familiares y “compañeros” de militancia. “Los que lo vivieron” son, entonces, aquellos que tienen algo para decir, los “vecinos” no sabrían nada de lo ocurrido durante la dictadura.
En un primer análisis de las entrevistas realizadas en el barrio de Floresta nos encontramos con algunas regularidades que llamaron nuestra atención. La primera de ellas, es el inicial desconocimiento en relación a los temas a indagar: al intentar concretar una entrevista con la casera de la escuela ubicada detrás del lugar en que funcionó “Automotores Orletti”, por ejemplo, ella nos respondió: “Bueno… pero vos qué querés saber, porque yo vine en el 91, mucho más no sé…” (Registro de campo, 02/06/08) Así, a la vez, el día en que íbamos a realizar la entrevista, la directora del establecimiento nos advirtió:
“D. - … estaba medio preocupada por las preguntas que le ibas a hacer…
Yo- Esta bien… y ¿por qué estaba preocupada?
D.- No sé… quería saber qué le ibas a preguntar… dijo que ella no sabía mucho porque la que sabe es… porque la casera que estaba antes falleció… la que le contó es la hija de esta mujer, que vive acá en frente…”.
En el desarrollo de la entrevista, se puede ver que aparece un saber respecto a la temática atribuido a un “ellos”, diferenciado del propio, de aquellos que tienen algo que decir:
“C.- (…) No sé en qué mes vienen a hacer manifestaciones acá atrás…
(…) Ellos cantan. Todas cosas… no re malas. Cosas así… bueeenaas: „Que se vayan‟… Todas esas pavadas que hacen…
Y.- ¿Y qué le parece a usted eso?
C.- Y yo no sé, yo no sé… yo no estoy en esas cosas. Que sé yo… A lo mejor si es para algo de ellos estará bien. Yo no puedo decir otra cosa…
Y.- ¿Qué sería… qué sería lo de ellos?
C.- Y si es algún familiar que desapareció. Igual no van a hacer nada con hacer lío. No lo van a resucitar. Ni a traer… Pero bueno. Yo conozco una señora del otro colegio donde estaba, que el marido desapareció, los chicos chicos… y nunca más lo vieron al papá. Nunca nunca más”. (Registro de campo, 04/06/08).
Consideramos que la construcción de la experiencia directa o familiar acerca de la represión como “lo narrable” relega otro tipo de relatos, llevando a que los propios sujetos entrevistados (“vecinos”) no concibieran su experiencia como testimonio. Sin embargo, como veremos, en el transcurso de aquel encuentro, la lógica del saber/no saber se diluye, para dar paso al relato de lo experienciado. De esta manera, surgen relatos sobre experiencias personales, o transmitidas en torno a la presencia militar en el barrio y a la percepción de hechos de violencia ligados a la represión, tales como gritos y disparos, entre otros.
Creemos que el mayor aporte de este campo de estudios es la complejización de los trabajos sobre memoria, ya que permite dar cuenta de la represión inmersa en las relaciones cotidianas del barrio y de la productividad del poder en “sus formas e instituciones más regionales, más locales, sobre todo allí donde, saltando por encima de las reglas de derecho que la organizan y lo delimitan, se extiende más allá de ellas, se invierte en instituciones, adopta la forma de técnicas y proporciona instrumentos de intervención material, eventualmente incluso violentos” (Foucault, 1992:151).
Entendemos que algunas de estas cuestiones pueden verse reflejadas en los relatos de los entrevistados. Por ejemplo, una vecina del barrio menciona que: “… veía como limpiaban los revólveres, paraban los autos acá de los que paraban en frente (señala Orletti) mi marido venía de trabajar y me decía: allá pasa algo y veía como limpiaban los revólveres. (…) la Turca (una vecina) vivía atrás y tuvo que vender porque escuchaban cómo los castigaban (gesto de paliza)” (Registro de campo 28/03/08).
Por su parte, una docente de un colegio del barrio cuenta:
“Docente1.- Tenía una amiga que venía a la escuela que quedaba en Joaquín V. González y Rivadavia [a dos cuadras de Orletti] y para no tener que cruzar la vía lo dejaba ahí estacionado (frente a Orletti) y me decía „vos sabés que siempre me pinchan las gomas del auto‟ y claro, con el tiempo nos pusimos a pensar… y era para que no se quedara ahí.
Docente2.- Y claro qué te ibas a pensar.
D1.- Sí, después supimos lo que pasó” (Registro de campo 04/08/2007).
También, un hombre que vivió su infancia y adolescencia a la vuelta de lo que fue “Automotores Orletti” nos comentó en una charla informal: “Jugábamos al fútbol justo en frente, al lado de la vía del tren… nos pasábamos la vida ahí (…) Recuerdo que veíamos a gente haciendo guardia en la terraza (cuenta que estaban vestidos de civil)… tenían revólveres y ametralladoras Uzi (comenta que esto era raro porque no eran armas de “las fuerzas”, pero que en ese momento no se daba cuenta)… también tenían un Torino todo blindado, me acuerdo porque era igual al que tenía un sindicalista muy conocido… no recuerdo el nombre. Nos llamaban mucho la atención las armas y los autos. (…) Una vez, llegamos temprano a jugar al futbol y estaban jugando ellos…” (Registro de campo 29/08/2008).
En estos relatos, la represión no aparece como algo que se ejerza de manera espectacular y directa en relación a los vecinos del barrio; en cambio, sí aparecen prácticas que dan cuenta de que allí “algo estaba sucediendo”. Se da una aparente disputa por los espacios cercanos al CCD - para jugar al fútbol o estacionar los autos - y cierta demostración pública de la capacidad de acción de las fuerzas armadas, a partir de la exhibición de las armas y la presencia cotidiana de los miembros de las guardias o “patota”. Estos relatos dan cuenta de una percepción de dichos espacios como lugares donde se ejercía la violencia. Entendemos, entonces, que se trata de instituciones locales que intervienen materialmente en el espacio; y a pesar de que excede los alcances de este trabajo, sería interesante profundizar sobre las percepciones de esta relación por parte de quienes transitaban cotidianamente el barrio.
Estos relatos se enmarcan, en su mayoría, en las prácticas cotidianas de las personas: en sus recorridos por el barrio que “atraviesan y organizan lugares: los seleccionan y los reúnen al mismo tiempo; hacen con ellos frases e itinerarios” (De Certau, 1996:127). Dichas prácticas encarnan momentos de la reproducción social que histórica e historiográficamente han quedado en los márgenes, razón por la que dichas memorias no han sido objeto de estudios sistemáticos.
 
A modo de reflexión final

Entendemos que los relatos que se desprenden de las entrevistas realizadas a los vecinos de Floresta (y su potencialidad para el desplazamiento de los puntos de vista) permitirán traspasar algunos sentidos comunes instalados sobre el pasado reciente y permitir la emergencia y valorización de los nuevos discursos, desbordando la dicotomía “los que saben y los que no” a partir de la puesta en palabras de distintas experiencias de la cotidianidad.
Así, la indagación de estos relatos permite pensar las permeabilidades de las políticas de memoria que abrevan de las diversas memorias de la política2; posibilitando el análisis acerca de cómo son pensados los espacios de los CCD por los vecinos, y cuál es su relación con lo militar y lo represivo en la vida cotidiana. De esta manera, la incorporación de estos nuevos actores tiende puentes que contribuyen a la reelaboración y complejización de los relatos sobre el período dictatorial.
En este trabajo hemos intentado romper con dualismos que consideramos reductores, tales como afectados-no afectados, saber-no saber; en tanto entendemos, siguiendo a Calveiro (s/f), que habría un testigo colectivo, ya que el acto mismo de testimoniar es colectivo y no se constituye únicamente con los sobrevivientes. La ampliación de este horizonte testimonial nos posiciona como sujetos reflexivos, alentados a asumir la propia (y ajena) experiencia histórica como Historia.

NOTAS
1. Integrante del “Grupo de estudios e investigación en memoria política” Proyecto de Extensión universitaria, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
2. Retomando la distinción analítica realizada por Rabotnikof (2007) al reflexionar sobre la relación entre memoria y política, caracterizamos como memorias de la política a los modos de recordar y narrar de los sujetos contemporáneos a un período histórico, a través del cual construyen el recuerdo de ese pasado político, y articulan pasado, presente y futuro. Y también a las imágenes construidas por los no contemporáneos de ese pasado, elaboradas a partir de testimonios, recuerdos y documentos escritos. Por políticas de la memoria, la autora se refiere a la distintas maneras de gestionar o de disputar con ese pasado, ya sea desde el Estado u organizaciones diversas de la sociedad civil.

BIBLIOGRAFÍA:
Águila, G. (2006), Testigos y vecinos, Revista Puentes, Nº19.
Bourdieu, P. (1993) El espacio de los puntos de vista, en: Miseria del mundo, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económico.
Calveiro, P. (2006) Poder y desaparición los campos de concentración en la Argentina, Buenos Aires, Colihue.
Sin /fecha Legados de la experiencia y la narración, en Revista Mil palabras (pp. 69-76).
De Certeau, M. (1996) La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer, Universidad Iberoamericana.
Foucault, M. (1992) Microfísica del poder, Madrid, Ediciones de La Piqueta.
Gadamer, H.G. (1993) Verdad y Método I fundamentos de una hermenéutica filosófica, Salamanca.
Messina L. y Varela C. (2008) El encuadre teórico metodológico de la entrevista como dispositivo de producción de información, en Epistemología fronteriza. Puntuación teoría, método y técnica en ciencias sociales, Escolar, C. y Besse, J. (comps), Buenos Aires, Eudeba.
Mora, B. (2005) La reconstrucción de una trama: Mar del Plata y el complejo mundo del “GADA 601”. La relación entre la sociedad y los campos de concentración, en Actas del 1º Congreso Latinoamericano de Antropología, Rosario, Argentina.
Levín, F. (2005). Arqueología de la Memoria. Algunas reflexiones apropósito de Los vecinos del horror. Los otros testigos, Revista Entrepasados, Nº28, Buenos Aires.
Vezzetti, H. (2002) Pasado y Presente. Guerra, dictadura y sociedad en la Argentina, Buenos Aires, Siglo XXI.