El nombre de un Centro
Clandestino de Detención: "Automotores Orletti"
Alonso,
Mariel
Boland
y Castilla, María Jimena
Portos,
Joan Manuel
Rivas,
Daniel Alejandro
Introducción
Este artículo se
enmarca en los trabajos de investigación desarrollados para el Proyecto de
Extensión Universitaria “Memorias de la política: dictadura y cotidianeidad en
el Barrio de Floresta”, desarrollado por el
Grupo de Estudios e Investigación en Memoria Política entre 2006 y 2012.
Dicho proyecto tuvo como uno de sus principales objetivos: reflexionar sobre
los sujetos que tienen y han tenido experiencias cotidianas en
torno al espacio
donde funcionara el
Centro Clandestino de Detención conocido como “Automotores
Orletti”, los llamados “vecinos”. El soporte fundamental de este trabajo de
investigación fue la revisión documental de prensa, legajos CONADEP,
expedientes judiciales, observación participante y entrevistas en
profundidad. En esta línea, en trabajos
anteriores hemos planteado que a partir del análisis de los relatos de los
vecinos en torno al CCD “Automotores Orletti” se manifiestan algunas
regularidades: no se trata de memorias explícitamente violentas, sino de
recuerdos asociados a las atrocidades a las que eran sometidos quienes se
encontraban allí secuestrados. Se trata también de experiencias de convivencia,
incluso de competencia por el uso del espacio entre los militares, que se
encontraban en el barrio con un objetivo específico, mostrando su capacidad de
acción por medio de las armas y aquellos que transitaban por las calles de
Floresta como parte de sus recorridos cotidianos (AAVV; 2009). Entendiendo que
es posible dar cuenta de una multiplicidad de percepciones, representaciones y
experiencias de los sujetos que transitaban el espacio barrial en relación al
CCD; las cuales permiten complejizar tanto las ideas en torno a la existencia
de un secreto completo, como de una naturalización absoluta de la
violencia" (AAVV; 2011).
En el presente
trabajo pretendemos reflexionar en torno a la producción de sentidos que pueden
desarrollarse en la articulación entre las políticas de la memoria y las
memorias de la política; entre el discurso barrial, el discurso jurídico y las
políticas de la memoria. Sobre cómo las políticas de la memoria (Rabotnicof;
2012) construyen “Memoria” (con
mayúscula), es decir: memorias de la política hegemónicas, al punto de moldear
las discursividades de aquellas personas que tienen y han tenido experiencias
cotidianas en el barrio donde se encuentra el espacio en que funcionó el CCD
"Orletti". A partir del caso de la nominación del Centro Clandestino
de Detención (CCD) "Automotores Orletti" problematizamos los alcances
de determinadas políticas de memoria y las representaciones que ellas
articulan, habilitan y/o ocultan. Los alcances
de un proceso de nominación que pretendiendo reconocer un anclaje barrial y
territorial, lo desconoce y lo niega. Ponemos en juego las representaciones
sobre el espacio con los procesos de
invisibilización/ocultamiento (no intencional en la mayoría de estos
casos) de los procesos de producción de
políticas de memoria y el discurso judicial.
"Automotores
Orletti"
El CCD “Automotores Orletti”
funcionó en la zona oeste de la Ciudad de Buenos Aires en un antiguo taller
mecánico ubicado en la calle Venancio Flores, frente a las vías del tren, a dos
cuadras y media de la estación de Floresta de la línea de tren Sarmiento. El
mismo se ubicaba en un barrio que, a grandes rasgos, conserva las
características del momento de funcionamiento del centro de detención: casas
bajas, predominantemente residencial de clase media trabajadora y profesional,
con un movimiento relativamente tranquilo en comparación a otras zonas de la
ciudad, pese a que los residentes acusen que dicha tranquilidad cada vez se ve
más afectada por el crecimiento de una zona comercial cercana y por el aumento
de la población proveniente de países limítrofes.
Respecto del CCD “Automotores
Orletti”, éste ha quedado inmortalizado en los textos producidos por diversos
organismos de Derechos Humanos como la sede del “Plan Cóndor”; ya que allí
estuvieron secuestradas personas de diversas nacionalidades de Latinoamérica,
fundamentalmente uruguayos. La estructura represiva dependía del Primer Cuerpo
de Ejército y en él operaban fuerzas de la SIDE en coordinación con el Ejército
Uruguayo.
Para dar cuenta del proceso de
nominación de este espacio nos proponemos recopilar diversos documentos en los
cuales fue apareciendo el nombre “Automotores Orletti”. En tanto, los
consideramos insumos fundamentales para la cristalización de dicho nombre.
En
este sentido, entendemos que una pieza fundamental en dicha cristalización es
fue el libro “Nunca Más”. El impacto social del informe de la CONADEP y
luego la realización del juicio a los miembros de la Junta Militar en el año
1985, se pueden considerar como dos hitos fundantes en las políticas públicas
de memoria. Esto permitió dos cuestiones: por un lado, vincular la transición
democrática con una dimensión ética ligada al reconocimiento social de los
derechos humanos como derechos básicos, y por el otro, que el juicio mostrara
la posibilidad del funcionamiento de un Estado de derecho activo.
En relación a la descripción que se
realizara del CCD “Orletti” observamos la utilización tanto del nombre
mencionado en los testimonios de los detenidos-desaparecidos que se escaparon
de allí, aparentemente visualizando un cartel en el frente del edificio con la
inscripción “Automotores Orletti”; como que "Los militares llamaban a ese
centro: 'El Jardín'", quedando grabado en las páginas de este libro de la
siguiente manera:
Ubicación:
Calle Venancio Flores 3519/21, esquina Emilio Lamarca, Capital Federal
Nivel de dependencia del C.C.D. con FF.AA. y/o
Fuerzas de Seguridad: Ejército Argentino en conexión con Ejército Uruguayo.
Superintendencia de Policía Federal dirigía los interrogatorios.
Descripción:
Antiguo taller con un cartel al frente «Automotores Orletti». Había una puerta grande con cortina metálica
de enrollar; a la izquierda, puerta blindada con mirilla, se abría
mecánicamente, la consigna emitida por radio era «Operación Sésamo».
Constaba
de dos plantas. En la planta baja, un gran salón de 6 a 8 metros por 30 metros.
Una división baja separaba del retrete (uno para treinta personas) y del
lavadero. De allí salía una escalera de base de concreto y peldaños de madera.
Piso de hormigón, sucio de tierra y grasa. Chasis de autos desparramados. También
automóviles secuestrados. Tanque de agua grande con una roldana arriba de donde
colgaban a los presos para el «submarino». Banderola junto al techo. En la
planta alta funcionaban una sala de interrogatorios, otra de torturas y una
terraza donde se colgaba la ropa a secar. Los militares llamaban a ese centro:
«El Jardín».
(CONADEP, 1985: 105)
En la causa
judicial se reitera esta doble nominación y se afirma que funcionó como CCD
entre mayo y noviembre de 1976 y que el motivo por el cual se abandonara fue la
fuga de Graciela Vidaillac y José Morales el 3 de noviembre de 1976. En cambio,
en los legajos CONADEP se describe la fuga pero el nombre del lugar es,
unánimemente, “Automotores Orletti”:
En el legajo de
Vidaillac: “el 16 de abril de 1984 comparece ante esta Comisión Nacional en
forma voluntaria la Sra. Graciela Vidaillac (…) quien expone que estuvo
detenida entre los meses de noviembre de 1976, y el día 3 de noviembre de dicho
año consiguió escaparse de Orletti…"
En el legajo CONADEP de
Luis Alberto Morales (hermano de José Ramón, quien se fugó junto a su
mujer Graciela Vidaillac) consta que: “Al mes de los hechos la Sra de Morales
tiene conocimiento a través de la madre de Graciela que le dijo que había
recibido una nota de su hija que había escapado del lugar de detención: Automotores Orletti, en Floresta, cerca
de la estación. El hecho de la fuga (según versión de los que escaparon José
Ramón Morales y Graciela) se produce en momentos en que los represores creen
que está muerta, se desata las manos y se va a desatar al marido, en este lugar
había mucha más gente, cuando en un momento los represores los ven, Graciela le
tira a su marido una ametralladora, se produce un tiroteo, Graciela es herida
en la axila izquierda (…). Van los dos bajando una escalera y se encuentran en
la calle, a la ½ cuadra había un depósito de camiones. Todo ante la vista de
los vecinos a las 6 de la mañana del 3/11/76. Ocupan un camión y logran huir”.
En el mismo legajo, en el lugar de detención aparece:
“automotores ORLETTI” y en la parte del formulario “campos en que fue vista la
víctima:” se escribió: “Automotores ORLETTI, cerca de la est. FLORESTA” (con
mayúsculas en el original).
Del pasaje
anterior, se deduce que los nombres de los lugares, la persona que intervino desde CONADEP los
registró en mayúscula.
En la causa
judicial[2] se
describe la forma en que dicho local fue "adquirido" por las fuerzas
represivas, el dueño del taller alquiló el local supuestamente en términos
legales:
"...el
propietario del inmueble de calle Venancio Flores 3519/21 desde el año 1968;
textualmente consta en dicha acta que '…en junio de 1976 alquila dicho inmueble
según consta en la fotocopia certificada del contrato de locación secuestrado
en autos. Que desde abril de dicho año en que quedó desocupado, el dicente
colocó avisos en el diario «Clarín. Que de todo este tema se encargaba un
encargado que tenía el dicente de nombre Eduardo Fernández, (...) Que dicha
persona se encargó de todo lo atinente a la locación, por tal motivo no se le
dio a ninguna inmobiliaria. Que los avisos se colocaban informando sólo el
teléfono, motivo por el cual Fernández, acordaba entrevistas personales con los
posibles interesados. Es así que en una de las oportunidades Fernández le
presentó a los interesados, creyendo que eran dos seguros, uno un tal Silva y
otro, Castells, quienes informaron que el inmueble lo ocuparían con importación
y exportación de productos alimenticios, motivo por el cual se llegó a un
arreglo con las partes, realizando posteriormente Fernández el contrato, que el
mismo se firmó en Directorio 2917 […] que el contrato estaba pactado por dos
años, pero avisaron que se tenían que retirar ya que tenían problemas, no
aclarando los motivos, entonces de común acuerdo rescindieron el mismo, lo que
facilitó al dicente ocupar el mismo con un taller […] que cuando los inquilinos
abandonaron el local dejaron las llaves en el inmueble mismo. Que luego
Fernández le comentó que en la parte superior se habían hecho algunos tabiques
divisorios, quedando un cuarto grande y tres cuartos más pequeños. Que no
dejaron objeto alguno en el lugar ni mercadería ni muebles, sí en cambio quedó
una puerta en la cual se encontraba soldada una reja […] que en cierta
oportunidad tuvo una conversación con el almacenero de la esquina de Emilio
Lamarca y Venancio Flores, de nombre Camilo Hernández, que actualmente ese
local fue demolido y el almacenero ya no se encuentra en dicho lugar ignorando
el paradero, que dicha persona le comentó que el barrio estaba alborotado ya
que escuchaban gritos en el inmueble y no sabían qué pasaba en realidad”.
A su vez, en el legajo Nº 2539 de CONADEP, Enrique
Rodríguez Larreta relata su secuestro el 13 de julio de 1976. Luego de ser
trasladado desde "Orletti" a Uruguay y ser liberado el 22 de
diciembre de 1976 relata:
Cuando
decidí salir del Uruguay para dar testimonio de estos hechos, viajé a la ciudad
de Buenos Aires. Allí en contacto con integrantes de la colonia uruguaya de
refugiados, pude enterarme que mi descripción coincidía con la que había hecho
un matrimonio argentino que tiempo antes había logrado fugar de la casa en que
se lo retenía ilegalmente y que ubicaron en la calle Venancio Flores esquina
Emilio Lamarca. Concurrí al lugar y efectivamente es donde estuvimos detenidos.
Es un antiguo taller que tiene en su frente un cartel que dice 'Automotores Orletti'.
De lo dicho
hasta aquí se desprende que prevaleció la nominación que el espacio
supuestamente tenía a nivel territorial/barrial más que la que había tenido
dentro de la estructura represiva del Terrorismo de Estado: "El
Jardín". Situaciones similares se dieron
en los casos de otros ex CCD como “Mansión Seré” o la ESMA. En paralelo,
hubo otros ex CCD que se conocieron, y hasta hoy se nominan, con sus nombres
utilizados por las fuerzas represivas: Vesubio, Olimpo, Club Atlético, El Banco, entre
otros. Esta situación sirve para pensar: no ha habido un criterio único para
nombrar estos espacios; los procesos de constitución de las políticas públicas de memoria, en el
pasado y en la actualidad, están atravesados por disputas en torno a los
sentidos, y entre esos sentidos se encuentran las formas de nombrar estos
espacios.
Otros insumos fundamentales para pensar de qué modo ha
cristalizado el nombre de “Automotores
Orletti”, son las notas de prensa
publicadas desde el comienzo de la democracia en donde (en todas las que
tuvimos acceso) hacen referencia al lugar como “Orletti”. A la vez, las marchas
realizadas en el barrio desde 1995 que buscaban, fundamentalmente, marcar los
espacios de “Orletti” y “Olimpo” como espacios que habían funcionado como
Centros de Detención y reclamar su conversión en Sitios de Memoria fueron y son
conocidas como la “marcha Olimpo-Orletti”.
En el marco del
trabajo de campo, algunos vecinos, en sus relatos, dan cuenta de la referencia
que existe en el barrio con respecto a dicho nombre:
"Jorge (vecino): J: Me acuerdo sí de haber
leído el libro Nunca Más donde hay varias... referencias a Orletti. Porque además, uno vivía al lado de Orletti. Yo era chico y jugaba a la pelota en frente. Era de todos
los días.
(...)
Pregunta: Y a la gente del taller la llegaste a
conocer?
J: A Orletti?
Si, si, era un hombre mayor. Un hombre mayor. Un tipo macanudo. Un tipo de
barrio... Tenía un taller importante, Orletti
no era un tallercito... Era un taller, digamos, de los buenos. Un taller donde vos no ibas a
llevar el auto para cambiar el aceite porque te rompían la cabeza... Atendía
coches buenos, con un grupo de mecánicos y te hacían todo. Además era como una
garantía Orletti. Eran tipos muy
serios en el trabajo... Yo no recuerdo que haya sido dueño Orletti. Eso no lo recuerdo, no sabía, no sé si era el dueño... El
lugar se llamaba Automotores Orletti
porque decía: 'Orletti Automotores'
el cartel.
P: ¿Cómo era el cartel?
En otra
entrevista, otro vecino que vivía a dos cuadras del taller comentaba:
En
Orletti había un taller mecánico, eh, bastante famoso en el barrio, bastante
famoso, de muchos años. Y yo me acuerdo que arreglaban, este… tenían muchos
colectivos, autos grandes, digamos. Tenían un laburo así, grande…
Ea: trabajaban mucho
JC: trabajaban mucho. Y previo a esto, no sé qué
habrá pasado y cierran, como si hubiese no sé, hubiese pasado algo… no sé una
estafa, al, algo, viste…y el chabón que atendía que era un tipo grande, este… a
veces lo veíamos por el barrio. Y el tipo era como que <no, sí, vamos a
abrir en un tiempo>
Ea: ¿Era vecino del barrio él?
JC: No, no era vecino pero venía… y lo que circuló,
a veces, viste esas cosas de viejo, < ¿vos lo viste al tipo?> <sí, lo
vi, y le pregunté y me dijo que dentro de poco lo van a volver a abrir>
Después no se supo más nada de él. Hasta que bueno, después lo vuelve a abrir.
Pero lo vuelve a abrir el hijo, no el padre.
Eo: ¿cómo se llamaba el taller te acordas?
JC: eh… Orletti,
hermanos creo, creo, si, si.[4]
A su vez, de los
registros etnográficos realizados en la escuela de adultos colindante con el
terreno de "Orletti", extrajimos a modo de ejemplo una conversación
entre la directora de la escuela y una profesora en torno a la utilización que
el espacio del ex CCD tenía en el momento de la charla:
(…) La profesora sigue desorientada y
pregunta: ‘Pero eso que es hoy en día?’, La directora le contesta: ‘Es un
taller… sigue siendo un taller… es del mismo dueño’, la docente vuelve a
exagerar su cara de sorpresa y dice: ‘No, no puede ser el mismo dueño…’, La
directora le contesta: ‘Si, si, es el mismo dueño…’. Otra profesora interrumpe diciendo: “Sigue siendo del señor Orletti” y la directora continua: “Si, si… eso era de Automotores Orletti”. Ante esto, la
profesora pregunta: “Pero qué era, como una especie de cadena de…
concesionarias?”, La directora le contesta ‘Si, si… aparentemente era como una
concesionaria Automotores Orletti.’[5]
Por último, es
interesante notar que la ley 2112/06 de la Ciudad de Buenos Aires por la cual
se expropió el taller para convertirlo
en el sitio de memoria "Automotores Orletti" repite la doble
nominación:
Artículo
1°.- Declárese de utilidad pública y sujeto a expropiación, el inmueble ubicado
en la calle Gral. Venancio Flores 3519/21, entre las calles Emilio Lamarca y
San Nicolás, asiento del ex centro de detención clandestino y base operativa
del denominado "Plan Cóndor", conocido como "Automotores Orletti" o "El Jardín" e individualizado catastralmente como
Circunscripción 1ra., Sección 77, Manzana 123, Parcela 16.
Dos años después
de la ley, una vez concretada la expropiación, se realizó en diciembre de 2008 una jornada de
“señalización” del espacio convocada por el Instituto Espacio para la Memoria[6]. Se trató, fundamentalmente, de un trabajo
militante en el cual se pusieron carteles que decían: “A (tantos metros) Centro
Clandestino de Detención Automotores
Orletti” mientras se marchaba hacia el espacio que funcionó como CCD, se
repartían volantes que decían “Señalización
del ex CCDTyE “Automotores Orletti
(…) Compañeros detenidos desaparecidos en Orletti ¡Presentes!” y se charlaba con los
vecinos:
“‘estamos señalizando el Orletti (…)donde torturaban y funcionaba todo lo del Plan Cóndor
(…) que lo cierran cuando dos se escapan’, el señor miraba el volante mientras
asentía con la cabeza…”. Al llegar a la vereda de “Orletti” se comienza el
trabajo de colocación de la baldosa que dice: “aquí funcionó el CCD
‘Automotores Orletti’, sede del Plan Cóndor”. Al finalizar, “Se hace una ronda
en torno a la baldosa, congregando a todos los que nos encontrábamos dispersos
en la calle y comienzan los discursos.
Luego de que terminan, “se propuso el típico: ‘30.000 compañeros
detenidos desaparecidos presentes…’ y aplausos”. [7]
Así también, un
tiempo después, se emplazó en la fachada del edificio un cartel identificatorio
cartel de grandes dimensiones:
AQUÍ FUNCIONO EL
Centro
Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio
‘AUTOMOTORES ORLETTI’
Logo del Instituto Espacio para la Memoria Mayo/Noviembre 1976
SITIO
RECUPERADO PARA LA MEMORIA
De
esta forma, desde la construcción del Sitio de Memoria volvió a afianzarse
la nominación del espacio, de manera excluyente, como “Automotores
Orletti” u “Orletti”.
"Automotores Cortell"
Esta larga
descripción de fragmentos en los que fuimos encontrándonos con la nominación
“Automotores Orletti” busca, de alguna manera, reponer la sorpresa con la que
nos encontramos al comenzar nuestro trabajo de campo: el lugar nunca se llamó
“Automotores Orletti” sino “Automotores Cortell”. La primera referencia la
encontramos en la causa de instrucción desarrollada por el juez Rafecas. Allí,
bajo el subtítulo “Etimología de ‘Automotores Orletti’”[8] se dice:
Curiosamente,
la denominación del centro clandestino de detención “Automotores Orletti” fue
producto de una deformación gramatical. En varios tramos de los documentos en
los que se explica el por qué de esta denominación, aparece la referencia a un
cartel inserto en el frente del local, que poseía la leyenda “Automotores
Orletti”. Sin embargo, entre las medidas que se produjeron en el marco de esta
investigación, como ya se adelantara, fue convocado como testigo Santiago
Cortell, quien en el contrato de locación celebrado entre los presuntos
miembros de la SIDE y los propietarios del inmueble sito en Venancio Flores
3519/21, aparece como locador del predio.
El
nombrado, al declarar (fs. 920/1 vta.), especificó que en el año 1976, el local
tenía un cartel de tres caras y vertical, que poseía por un lado, la
inscripción “Automotores” y por el otro “Cortell”, y agregó que nunca figuró en
tal sitio el nombre “Orletti”; y atribuyó el error a que las personas que se
fugaron del sitio, leyeron mal, quedando de esta forma la errónea denominación
ya mencionada.
Sin aclarar el
“error”, en la nominación en el diario del juicio a las juntas aparece un
fragmento del contrato de locación que da cuenta que el nombre del comercio era
“Cortell Automotores SACIF”[9].
Otra referencia a
“Automotores Cortell” fue señalada por una vecina del barrio que hemos entrevistado:
Eo:
el lugar este cuando funcionaba como taller mecánico, ¿Cuál era el nombre del
taller mecánico?
Elena: a mira qué raro el nombre, a ver si lo
encuentro? Cortell…
Eo:
mmm…
Elena:
y yo después lo deforme y con Cortell se podía hacer un poquito de Orletti; y
buen, Cortell.
Eo:
¿y es el nombre…?
Elena:
es nombre que se llamaba Santiago Cortell…
Eo::
no llegaba por eso… ¿ Y sabes de dónde
viene el nombre Orletti?
Elena:
¿Orletti?, no sé [se queda callada unos segundos y se hace un silencio]
Eo::
¿pero vos lo que…? ¿qué hiciste como un..? ¿qué hiciste?
E::
juegue con las letras pero no, no alcanza
[risas]
(...)
Eo::
¿y ahora cómo se llama?
E:
sigue Cortell…
Eo:
ah..
E:
talleres Cortell.
Eo:
ah..
E:
lo que pasa es que sacaron ya un coso luminoso…
Eo:
no, ahora ya no está.
Eo:
cuando pasamos ya no estaba…
E
´se tienen que ir´ ya esta me lo dijo el hijo del dueño, `nos tenemos que ir el
lunes, lunes que es 16 a no 23, a bueno´. Ya no queda nada creo… [10]
Más allá de este último
caso particular, donde se conoce el nombre del propietario y del taller, es de
resaltar cómo todos los vecinos con los que fuimos mantenido relación, tanto en
entrevistas formales como en charlas informales, referencian el lugar como
“Orletti”. En esta línea, resulta interesante ver cómo el primer vecino citado
a continuación, al ser consultado por el supuesto “error” en el nombre,
reafirma su recuerdo de que el lugar se llamaba “Orletti”:
Eo:
Acá hay (risa) una... interesante. Porque el dueño se llama Cortell, no era
Orletti, Cortell. Y el tipo dice que el lugar nunca se llamó Orletti, que tenía
un cartel que se llamaba 'Automotores Cortell'.
Jorge:
Sabes que me estás haciendo dudar... Me estás haciendo dudar. Sabes que, que
tenía un cartel que decía 'Automotores' estoy seguro... Y que era así, de esa
manera (señala el dibujo). Pero nooo, Orletti
decía en algún lado. Porque estaba familiarizado con el nombre.
(...)
Puede ser que yo me esté equivocando, pero sino, en el frente... Es más,
nosotros, después, ese portón lo usábamos de arco... si. Si bien nosotros
jugábamos en frente. El sol, nos partía. Jugábamos ahí y a media cuadra estaba
la família P. José Carlos P. era muy amigo mío. Y jugábamos a la paleta ahí,
sobre Venancio Flores. Bueno, cuando no jugábamos ahí, jugábamoss sobre
Automotores Orletti. El problema es que nos daba el sol en la caída, sí.
Entonces teníamos la sombra de Orletti para jugar más para la esquina. Pero se
hincharon las pelotas los dell... los del pensionado, los de las pensiones y
nos teníamos que ir a jugar para allá. Que la siesta, los P. la dormían en el
fondo, entonces no jodiamos ahí... Si no lo decía en el cartel... Que ahora sí,
vos me hiciste dudar, en algún lado decía Orletti.
En algún lado decía Orletti. No sé si en el portón. Pero el cartel sí me
acuerdo que era así, de esa forma, redondeado en las puntas, que caía hacia
abajo...
(...)
No, no, no... Si era claro Orletti era
común en el barrio. O sea, a lo mejor el cartel quedó de Cortell pero...
que eso era Orletti era Orletti.
Además no había referencia de Cortell, la referencia era Orletti para el
barrio.
E:
En el barrio se hablaba de Orletti?
J:
Orletti era... Era Orletti.[11]
Así como este vecino,
ante la interrogación directa, primero duda pero luego reafirma su recuerdo del
nombre del lugar como “Orletti”, también en otras entrevistas y charlas ya
citadas se percibe cómo el nombre afianzado al CCD se traspone al pasado: desde
cambiar el nombre del comercio “Orletti,
hermanos” hasta
modificar el apellido del dueño: “Señor Orletti”. De esta manera, se
puede ver cómo el nombre adjudicado al CCD por las diversas políticas de
memoria, que desde comienzos de la democracia fueron referenciando este
espacio, sedimentó en la construcción de las memorias de quienes tienen y
tuvieron relaciones de cotidianeidad con este espacio al punto de
modificar, en sus memorias, el nombre
que tenía en y para el barrio, o incluso construir uno nuevo.
Palabras finales:
Como se puede ver, el
presente artículo se encolumna en ya tradicionales estudios de memoria (Da
Silva Catela, 2003; Portelli, 2002; Raggio, 2005) en los que se visibiliza como
una política de memoria determinada informó los recuerdos de quienes vivieron
el propio suceso, construyendo y/o modificando las propias memorias. En este
caso, al menos, con respecto al nombre “Automotores Orletti”.
Así, mientras que en la
causa y de lo dicho por el dueño originario del inmueble, el nombre del espacio
nunca fue Orletti, sino Cortell; el nombre conocido y difundido entre los
sobrevivientes del CCD al momento de dar testimonio frente a la CONADEP fue
“Orletti”. Esta forma de nombrar es la
que sedimentó en los archivos estatales y fue la difundida en los medios de
comunicación y es el nombre que a lo largo de la lucha de los organismos por el
fin de la impunidad en los años siguientes al juicio a las juntas y el informe
de la CONADEP primó. Vale aclarar que, es al día de hoy el nombre que se
utiliza y con el que popularmente se conoce la causa que investiga los hechos ocurridos
en este Centro de Detención es “Automotores Orletti” y son los mismos
documentos y testimonios los que sirven como prueba judicial. Como corolario,
las personas que tuvieron experiencias cotidianas durante el tiempo de
funcionamiento del CCD o que se mudaron al barrio con posterioridad tomaron el
nombre de “Orletti” como la forma de nombrar a ese espacio. Llegando a conocer
al dueño del taller como el Sr. Orletti.
Reafirmando y
actualizando esa forma de nombrar encontramos el trabajo de las marchas a nivel
barrial, organizadas por la militancia de DD.HH. barrial, que se realizan desde
fines de los ’90 y consecuentemente retoman esa forma de nombrar, y aunque se piensan -desde la militancia- con un
anclaje barrial son narradas/vivenciadas por los vecinos y vecinas como ajenas.
A partir de los registros realizados en las marchas de 2007, 2008, 2009 y 2010
y las diversas menciones que aparecen en las entrevistas y charlas informales
surgen dos regularidades: una, que la marcha es un acontecimiento mencionado
regularmente por los vecinos, algo que está inscripto en sus recuerdos y como
algo “habitual” de todos los años y, la otra, que es vivenciada como algo
ajeno, que tiene que ver con “otros”,
con los que se puede o no tener afinidad ideológica o sentimental, con los que
se puede sentir convocado o no, pero sin vivirlo como algo propio.
Todo el camino de la
investigación que hemos transitado hace que nos parezca necesario exceder las
consideraciones acerca de la veracidad del nombre con que se conoce
públicamente este espacio; así, mientras en la visita guiada que se realiza
actualmente por el ex CCD se menciona que “si
bien se llama ‘Automotores Orletti’ nunca se llamó así” y que existen
diversas versiones de cómo “automotores Orletti” toma ese nombre: podría ser
durante la fuga “mientras escapaban
vieron el cartel que les faltaban unas letras”, en el regreso de Morales al lugar para intentar
rescatar al resto de su familia o cuando Rodríguez Larreta vuelve y visita el
lugar dice ver el cartel con el nombre “Automotores Orletti”. Sin embargo, lo
que nos resulta significativo resaltar es la potencia de las políticas de la
memoria sostenidas sobre distintos relatos de distintos sujetos sociales que
han constituido las memorias legitimadas sobre los años de la dictadura en
nuestro país y en el caso de “Orletti” han instituido su nombre. Reconociendo
este proceso, es preciso plantear que el anclaje territorial, vinculado a lo
barrial, no parece haber sido significativo para el nombre elegido para este espacio,
aunque la nominación aparentemente “errónea” de “Orletti” pretendía recuperar
dicha dimensión. A diferencia de otros ex CCD, el nombre de Automotores
Orletti, pretendiendo recuperar el nombre que el espacio tenía a nivel barrial,
deviene de las memorias de quienes fueron secuestrados allí.
Esta pequeña reflexión
a partir de este simple descubrimiento surgido del trabajo de campo, intenta
aportar al desafío que implica la construcción del Sitio de Memoria
“Automotores Orletti”, en tanto es uno de los más nuevos proyectos de
recuperación y patrimonialización de ex Centros Clandestinos de Detención en la
Ciudad de Buenos Aires. Pretendemos que el juego con El NOMBRE “Orletti”
contribuya a problematizar la importancia de trabajar fuertemente una vinculación,
que deje espacio para la participación, con aquellas personas que forman parte
de la larga fila de casas que componen el barrio de Floresta. Éste es, a
nuestro entender, el desafío que todos los sitios de memoria se deben plantear,
la construcción de políticas de memoria que incluyan a la sociedad toda en
general y de aquellas personas que han vivido la dictadura desde afuera de los
CCD en particular; no sólo como “receptores” de las políticas sino,
fundamentalmente, como “productores”. Es un desafío que impone abrirse a la
disputa con nuevos actores sin perder la identidad como sitio de memoria,
reforzándola en el intercambio y en el continuo debate, que debería ser la base
de toda política democratizante.
Fuentes:
Registros de campo:
23 de
marzo de 2007, Registro de campo Marcha
Olimpo-Orletti.
28 de
marzo de 2008, Registro de campo Marcha Olimpo-Orletti.
23 de
abril de 2008 Registro CENS 85.
5 de
mayo de 2008 Registro CENS 85.
9 de
junio de 2008 Registro CENS 85.
13 de
diciembre de 2008 Registro Señalización ex CCD Orletti.
Entrevistas:
Jorge
(vecino), realizada el 23/02/2009
Julio
(vecino), realizada el 05/09/2010
Elena
(vecina), realizada el 14/03/2009
Dora
(casera de la escuela), realizada el 05/06/2008
Prensa nacional:
·
26
de febrero de 1984 – La Prensa “Habrían actuado en forma conjunta fuerzas de
este país y de Uruguay”
·
29
de diciembre de 1984 – La Voz “Dicen que no saben nada”
·
26
de agosto de 1985 – Clarín “Carlita fue restituída ayer a su abuela”
·
29
de diciembre de 1985 - La Razón “Un crímen misterioso o la punta del ovillo”
·
8
de enero de 1986 – La Razón “Piden se vigile a Guglielminetti si decide
abandonar la Argentina”
·
10
de enero de 1986 – La Razón “El CELS pide detención por la causa del centro
Orletti”
·
4
de febrero de 1986 – Tiempo “Solicitó el CELS la detención de tres oficiales
uruguayos involucrados en la represión”
– La Razón “Acusan a
tres militares uruguayos”
–Clarín “¿Extradición a
tres militares?”
·
27
de marzo de 1986 – La Razón “Testigos identifican a Paladino”
·
1
de abril de 1986 – Clarín “Admitió Gordon que actuó en un centro clandestino”
·
24
de marzo de 1986 – Clarín “Bombas contra dos ex centros clandestinos”
·
31
de mayo de 1988 – Página/12 “Pedido de 10 años para Ruffo”
·
29
de septiembre de 1988 – Página/12 “Un provocador con currículum”
·
10
de junio de 1989 – Sur “Recuerdan al militante uruguayo Gerardo Gatti”
Legajos
CONADEP:
·
Nº
3515 Vidaillac, Graciela
·
Nº
2539 Rodríguez Larreta
·
Nº
4331 Morales, Luis Alberto
Bibliografía:
- AA.VV. “Fugas de Clandestinidad. Lo clandestino en el texto
judicial y en el barrio de Floresta, en X Congreso Argentino de
Antropología Social, realizado del 29 de noviembre al 02 de diciembre de
2011 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“Construcción de memorias sobre la última dictadura militar. El
caso del barrio de Floresta”, en las Quintas
Jornadas de Investigación en Antropología Social, realizado en Noviembre de
2008 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires
(UBA).
“Memorias de la política: dictadura y cotidianeidad en el Barrio
de Floresta”, en la Segunda
Jornada de Investigación y Extensión de Equipos del Programa de Reconocimiento
Institucional, realizada en Noviembre de 2008 en la Facultad de Filosofía y
Letras de la universidad de Buenos Aires
“Memorias de la última dictadura militar. Proyecto de extensión
universitaria con la asamblea barrial de floresta”, en Primeras Jornadas de Investigación y Extensión,
realizadas el 12 de octubre de 2007 en la Facultad de Filosofía y Letras
de la Universidad de Buenos Aires.
- Besse, Juan y Kawabata, Alenandro (comp.): Grafías del ‘55.
Otros repartos entre recuerdo y olvido. Ediciones de la UNLa, Buenos Aires
- 2007.
-
CONADEP. Nunca Más informe de la comisión nacional sobre la desaparición de
personas. Eudeba, Buenos Aires,1985.
-
Crenzel, Emilio. La Historia política del Nunca Más: la memoria de las
desapariciones en la Argentina. Siglo XXI editores, Buenos Aires, 2008.
-
Da Silva Catela, Ludmila. “Apagón en el Ingenio, escrache en el Museo.
Tensiones y disputas entre memorias locales y memorias oficiales en torno a un
episodio de represión de 1976”. En Ponciano del Pino y Elizabeth Jelin
(Comp.) Luchas locales, comunidades e identidades. Madrid y Buenos
Aires: Siglo XXI, 2003.
-
Portelli, Alessandro, “Las fronteras de la
memoria. La masacre de las Fosas
Adreatinas.
Historia, mito, rituales y símbolos”, en
Sociohistórica. Cuadernos
del
Centro de Investigaciones
Sociohistóricas CISH Nº 11/12,
Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación, Universidad Nacional de La Plata. Ediciones Al Margen,
Primero y Segundo Semestre de 2002.
-
Rabotnikof, Nora. “Memoria y política a
treinta años del golpe”. En: Lida, Clara E.; Crespo, H. y Yankelevich, P.
(comp.). Argentina 1976. Estudios en torno al golpe de estado. México
DF, El Colegio de México, 2012.
- Raggio, Sandra. Narrar el terrorismo de Estado. De los
hechos a la denuncia pública: el caso de la" noche de los lápices. Cuadernos
del CISH, (17-18), 99-125, 2005.
[1]
En todos los casos el remarcado es nuestro, salvo que se aclare en contrario.
[2]
Causa Nº 2637/04 caratulada “Vaello, Orestes Estanislao y otros s/ privación
ilegal de la libertad agravada” del registro de la Secretaría Nº 6 del Juzgado
Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 3. Parte 2.3.2. Titularidad
del predio.
[3]
Entrevista realizada el 23 de febrero de 2009.
[4]
Entrevista realizada el 05 de septiembre de 2010
[5]
Registro de campo del 05 de mayo del 2008.
[6]
El Instituto Espacio para la Memoria es un órgano autónomo y autárquico de la
Ciudad de Buenos Aires encargado, entre otras funciones, de los ex CCD que
funcionan como Sitios de Memoria en la Ciudad).
[7]
Registro de campo del 13 de diciembre de 2008.
[8]
Causa Nº 2637/04 caratulada “Vaello, Orestes Estanislao y otros s/ privación
ilegal de la libertad agravada” del registro de la Secretaría Nº 6 del Juzgado
Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 3. Parte 2.3.2. Titularidad
del predio.
[9]
Diario del Juicio, Año 1, N° 5, 25 de junio de 1985, Editorial Perfil S.A.
[10]
Entrevista realizada el 14 de marzo de 2009
[11]
Entrevista realizada el 23 de febrero de 2009.
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