2008 - Ponencia presentada en las Jornadas de Extensión - Facultad de Filosofía y Letras, UBA

Jornadas de Extensión
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS
PROYECTO DE EXTENSION
Grupo de estudios e investigación en memoria política
“Memorias de la política: dictadura y cotidianeidad en el Barrio de Floresta”
Integrantes
Mariel Alonso
Maria Jimena Boland y Castilla
Ana Butto
Vanina Dolce
Joan Manuel Portos
Daniel Rivas
Laura Staropoli
Cecilia Varela
Viviana Vázquez

Resumen del proyecto
En los últimos años, tanto la política de Derechos Humanos (DD.HH) a nivel nacional y municipal, como múltiples iniciativas de la sociedad civil a través de diferentes organizaciones han buscado problematizar socialmente la cuestión de la recuperación de aquellos lugares que operaron como Centros Clandestinos de Detención (CCD) durante la última dictadura militar.
Por su parte, la Asamblea Barrial de Floresta, nacida en el año 2001, viene planteándose dentro de sus iniciativas de trabajo, una relacionada con la memoria barrial. Uno de los proyectos que busca plasmar dicho objetivo es la construcción del “Museo Histórico de Floresta” dentro del predio del “Corralón” (ex Corralón Municipal). Este museo pretende albergar distintos tipos de objetos y testimonios que hagan a la memoria barrial.
Una de las preocupaciones de la Asamblea se vincula a la construcción de una memoria política de lo acontecido durante la última dictadura, problematizando, en este sentido, las continuidades entre pasado y presente.
En este marco de interés común, nos propusimos originariamente contribuir a la realización del museo mediante la construcción de un archivo documental que diera cuenta de la vida cotidiana de los vecinos del ex CCD “Automotores Orletti” durante la última dictadura militar.
La decisión de trabajar en un barrio donde haya funcionado un Centro Clandestino de Detención, se basó en el supuesto de considerar que en estos espacios la materialidad de la imposición de un sistema represivo en la vida cotidiana se hace más visible. Desde el punto de vista de la materialidad, podemos decir que “la memoria ha llegado a necesitar de la tierra; hay lugares en que las memorias son almacenadas, lugares que llevan la marca del tiempo.
Estos son monumentos y paisajes que le dan historia y forma a las comunidades humanas” (Shanks, 2001: 287). Así, podemos entender a los Centros Clandestinos de Detención como espacios en los que la memoria tiene más posibilidades de anclaje. Por otro lado, en el barrio de Floresta han funcionadotres Centros
Clandestinos de Detención (“Automotores Orletti”, “Olimpo” y la Comisaría N° 43). Consideramos que “Automotores Orletti” era particularmente interesante, ya que se encontraba en proceso de expropiación y su visibilidad social no era tanta como el caso de “Olimpo”. A la vez, la presencia de fuerzas de seguridad en dicho lugar se dio a partir de su utilización como CCD, a diferencia de la Comisaría Nº 43. De este modo, entendimos resultaría más sencilla la identificación de un corte entre su utilización como CCD y sus usos previos y posteriores.
En este sentido, nos planteamos trabajar en articulación con la Asamblea Barrial de Floresta; por entender que este archivo pudiera servir tanto para socializar información en el barrio acerca de la existencia del Centro Clandestino de Detención, como para recuperar las experiencias cotidianas de los vecinos en relación al funcionamiento del mismo. De esta manera, buscamos realizar un aporte a la construcción de una memoria política sobre la última dictadura militar, que posibilite la inclusión de nuevos actores en la construcción de estos relatos.
Sin embargo, al realizar las primeras entrevistas y observaciones y en el trabajo conjunto con la Asamblea, fueron surgiendo otras preguntas, así como demandas por parte de sus integrantes en torno a la construcción de una política de memoria.1 De allí que comenzáramos a interrogarnos respecto de los límites del archivo como herramienta para el abordaje de la problemática.
1 Rabotnikof (2007) al reflexionar sobre la relación entre memoria y política hace una distinción, que aclara que es solamente analítica. Por un lado caracteriza como memorias de la política por un lado a los modos de recordar y narrar de los sujetos contemporáneos a un período histórico, a través del cual construyen el recuerdo de ese pasado político, y articulan pasado, presente y futuro. Y por otro, las imágenes construidas por los no contemporáneos de ese pasado, elaboradas a partir de testimonios, recuerdos y documentos escritos.
Por políticas de la memoria, la autora se refiere a la distintas maneras de gestionar o de disputar con ese
pasado, a través tanto de reparaciones de la justicia institucional (justicia retroactiva, juicios históricopolíticos), como otras acciones de reparación simbólica (instauración de conmemoraciones y homenajes, visibilización de sitios y espacios, etc.). Además incluye dentro de esta categoría lo que Norbert Lechner refiere como producción social de tiempo y orden, esto es proposiciones tanto de sentido temporal, como narraciones de disposición general que contribuyen a marcar continuidades y rupturas. Estas políticas de la memoria son tanto políticas gubernamentales, con mayor capacidad para gestionar sentidos de tiempoespacio amplios, como también las practicadas por otros actores en el espacio público.
Uno de los puntos de inflexión en este replanteo fue la propuesta por parte de la Asamblea de que el grupo se hiciera cargo de realizar una actividad sobre memoria, en el marco de los festejos que se realizarían en el Corralón por el 25 de mayo. En un primer momento, varios integrantes de la Asamblea nos comentaron que todos los años con motivo del 25 de mayo se lleva a cabo una celebración en el Corralón, la cual incluye un “espacio de memoria”. A ellos les resultó interesante e importante que este año nos hiciéramos cargo nosotros de la coordinación de ese espacio. Usualmente, estas actividades relacionadas a la temática de memoria están a cargo de ex trabajadores del Corralón, de las madres de los “pibes de Floresta”2 y de conocidos o familiares de los detenidosdesaparecidos del Corralón, quienes plantean un relato acerca de sus
experiencias de militancia y trabajo, y de las de los desaparecidos.
En este marco, teniendo en cuenta el formato que ellos toman habitualmente para estas “actividades de memoria” y, a la vez, incorporando nuestra perspectiva en cuanto a cómo podría ser un encuentro relacionado con estas problemáticas, fue que construimos nuestra propuesta: una actividad que abarcaría dos instancias diferenciadas. La primera implicaría la construcción de un mapa conjunto entre todos los participantes del encuentro, divididos en grupos; en el cual se verían representados distintos recorridos, relacionados con la cotidianeidad del barrio durante la dictadura, a partir de consignas dadas por el equipo. La segunda instancia, se centraría en los relatos de aquellas personas que, por sus historias de vida y experiencias, la Asamblea convoca usualmente para este tipo de actividades.
La primera instancia de la actividad propuesta pretendía generar un espacio diferente a la tradicional “charla”, que suele jerarquizar la palabra de aquellos invitados a hablar, en tanto portadores de una trayectoria reconocida en vinculación a las temáticas. Consideramos que este marco genera una participación sólo desde la escucha por parte del resto de los participantes. En este sentido, nuestra propuesta intentó sumar las voces de todos los participantes del encuentro, bajo la idea de que cualquiera que se acerque a la temática, que se sienta invitado a participar, puede tener algo para decir sobre los acontecimientos de nuestra historia política. De esta manera, se invitó a los que luego darían la “charla” a participar del primer espacio del taller y, por el
otro lado, se buscó darle un tinte de informalidad a la segunda instancia, al incorporarla al resto de la actividad.

Desarrollo del taller
El taller se llevó a cabo en el salón donde se reúne la asamblea todos los sábados (localizado en el edificio de enfrente de la nueva escuela construida en el Corralón, “El Larroque”). En el centro del salón ubicamos un mapa de gran tamaño del barrio (que incluía los tres CCD`s y el espacio del Corralón) y alrededor de él se ubicaron las sillas. Al llegar los participantes, se acercaron a mirar el mapa, y luego tomaron asiento. Participaron del taller aproximadamente 35 personas, entre las que se encontraban miembros de la Asamblea, estudiantes del Larroque, participantes del Taller de Historia Barrial, miembros de la Parroquia Santa Cruz, ex trabajadores del Corralón Municipal y las madres de dos de los “pibes de Floresta”.
La coordinación del taller estuvo a cargo de dos miembros del equipo, que realizaron una introducción y propusieron el trabajo en pequeños grupos, donde cada uno tuvo la siguiente consigna: “imaginen cómo es la vida de (un personaje distinto para cada grupo) y los recorridos de la vida cotidiana de un día de semana y un día domingo en 1976”.
Los diferentes grupos empezaron a debatir y se comenzaron a escuchar charlas animadas y risas; en un clima relajado y lúdico. Luego de un tiempo de trabajo se propuso la puesta en común de lo discutido, para lo cual los miembros de cada grupo se fueron acercando sucesivamente hasta el mapa a fin de marcar los recorridos armados mientras los narraban. Cada intervención fue motivo para que los otros participantes taller acotaran alguna experiencia o discutieran lo planteado. Luego de que los cinco grupos expusieron su trabajo, las coordinadoras pidieron que pensaran en las diferencias entre los recorridos de los personajes y los de ellos mismos en ese momento y en la actualidad; a lo que los participantes mencionan claramente los cambios en el paisaje3 del barrio. Enfatizaron mucho en la desaparición de fábricas (Saccol, depósito de Odol, Ivonne, de hielo, de calzados, de perfumes y Galletitas Ortiz) que, al parecer, eran representativas del barrio y constituían una fuente de trabajo para los vecinos.
Cuando ya no quedaban muchos espacios por mencionar, una integrante de la Asamblea nombró a Automotores Orletti; al tiempo que otra militante barrial señala el Olimpo. Respecto a estos dos espacios se da un breve intercambio de opiniones, en donde otra participante del taller plantea que “Olimpo” no es del
barrio, lo que lleva a una de las coordinadoras a interrogar acerca de si Olimpo no formaba parte del barrio y cuál era el nombre de aquel barrio entonces. Ante esta interpelación, varios participantes disuten y arriban a la conclusión de que Olimpo es parte del barrio de Floresta, pero “es del otro lado del barrio”.
Finalmente, el taller se cierra con una breve exposición en torno a la posibilidad de reflexionar acerca de los espacios del barrio y de cómo éstos se construyen en torno a la experiencia y al “transcurrir” de los sujetos y los vínculos entre ellos. Concluimos, entendiendo que los espacios son tales en términos de relaciones y que, entonces, son los sujetos quienes los constituyen, que proporcionan el contexto para la vida diaria. (Thomas; 2001). Los paisajes y lugares habilitan y/o restringen ciertas prácticas y relaciones sociales, contribuyendo así a la construcción de subjetividades e identidades. Las espacialidades pueden modificarse a lo largo del tiempo, cambiar tanto su materialidad como los significados implicados en ella, tanto como aquellos que los sujetos les atribuyen. Una misma materialidad puede combinarse y estructurarse en un determinado período histórico para generar ciertos sentidos y prácticas, o una misma materialidad puede transmitir diferentes significados en cuanto a la percepción y experimentación de los distintos segmentos sociales.
A continuación de este cierre, se dio lugar a la charla por parte de los ex trabajadores del Corralón Municipal, las madres de “los pibes de Floresta” y los miembros de la Parroquia Santa Cruz4. Los expositores, que se encontraban en distintos grupos de trabajo, hablaron (desde sus asientos) de sus experiencias en torno al espacio del corralón, marcándolo como uno de los espacios representativos del barrio.

Algunas reflexiones
De acuerdo con nuestro abordaje, la pregunta de investigación-extensión busca explorar la vida cotidiana en la dictadura y ello tiene relación con la forma de expresar las preguntas empíricas. Es, a partir de estas preguntas de entrevista, que comenzamos a pensar acerca de qué nos dice el otro; así es que consideramos necesaria la reflexión sobre cómo aparece y cuál es la relación, en estos relatos, entre la política y la cotidianeidad, entre la cotidianeidad y la historia5. Un ejemplo de esta relación se encuentra en el taller anteriormente mencionado, en el que la cotidianeidad se hizo presente; todos los relatos hacían referencia a actividades de todos los días y espacios transitados habitualmente. Partimos del supuesto de que al contextualizar la actividad, desde la consigna, en los años de la dictadura, al contar con la presencia de
espacios marcados por el accionar represivo en el barrio, al circular la temática en el espacio del Corralón, y teniendo en cuenta las experiencias de algunos participantes (invitados especialmente), la dictadura se plantearía como tema principal. Sin embargo, la dictadura apareció sólo tangencialmente al momento de la puesta en común; a pesar de que en algunos grupos sí había surgido el tema durante el trabajo previo a la puesta en común:
“el señor de 70 años atrapa la atención del grupo, comienza con propuestas, todos lo escuchan, comienza a contar (…) ‘en esa época yo tenía dos hijos en el secundario, un día se hicieron la rata, justo cuando desaparecieron compañeros, a compañeros en el ‘77 y los que no fueron les avisaron que no vuelvan a la casa’” (Registro 25/05/08).
A su vez, el grupo que trabajó con el personaje del policía, cuya vinculación con la represión pensábamos como algo ineludible, lo construyeron desde un lugar de desconocimiento y en los márgenes del sistema represivo:
“El Cabo recorría con un superior en el patrullero las calles y detenían según el color trigueño, el pelo largo o el aspecto medio hippie (lo interrumpe un integrante del grupo que estaba marcando el recorrido en el mapa, al referirse ‘al negro’, lo que lleva a las risas de unos y a otras cabezas que asienten). El propio Cabo no sabía a dónde llevaban a esas personas. Los miembros de esta institución realizaron un libro que recoge las experiencias de militancia de uno de los desaparecidos del Corralón: Mauricio Silva, sacerdote tercermundista.
A partir de la experiencia de campo podríamos distinguir distintos significados en torno a la noción de
historia.
Otro grupo, que tenía como consigna el recorrido de una mujer joven casada, propuso una mujer embarazada, en correspondencia con la vida de una de las integrantes del grupo, militante del Movimiento Villero Peronista en esos momentos. Esta información, tanto como el dato sobre la desaparición de su compañero, tampoco se puso en juego en la puesta en común. Estas estructuraciones de los relatos nos llevaron a pensar en la complejidad de la construcción de los mismos y la desvinculación entre lo cotidiano y la dictadura en la puesta común.
Una respuesta posible, tal como planteó una de las participantes del encuentro, es que lo lúdico de la propuesta pudo haber alejado los pensamientos sobre la dictadura y el espacio barrial en torno a ella y permitir de esa manera otra experiencia del barrio: una emoción productiva.
Este cambio de perspectiva en el modo de abordar la temática fue, quizás, lo que imposibilitó dicha vinculación. Un contexto lúdico puede ser considerado entonces, un contexto de enunciación en donde determinadas cosas no pueden ser dichas; donde, por ejemplo, la tristeza y el dolor pueden quedar relegados, negados y los espacios del barrio son cargados de sentidos diferentes a los que despertaría una charla usual acerca de la dictadura en el barrio.
A partir de lo experienciado (taller, entrevistas, observaciones), nos resulta interesante continuar en esta línea de trabajo, ya que entendemos que contribuye a ampliar la participación, a circular la palabra de otra manera: a través de la construcción de espacios de taller es posible el intercambio de roles, ideas, experiencias.

Relación investigación/extensión/acción política
El recorrido de nuestra investigación se fue construyendo en base a distintas experiencias previas y discusiones sobre la relación entre investigación y extensión; reflexiones que nos permitieron pensar tanto las potencialidades del objetivo final del proyecto, por un lado, y los supuestos institucionales sobre la
extensión universitaria, por el otro.
Consideramos que pensar la investigación en la universidad actual implica una problemática subyacente que involucra la relación entre ciencia y política, y una reflexión seria en cuanto que consideramos que la producción de conocimiento está atravesada por relaciones de poder, y no solamente se da en el ámbito académico sino también, bajo distintos formatos (información mediatizada, publicidad, conocimientos producidos por los movimientos sociales, etc.) en la sociedad en general.
Así, entendemos que la extensión universitaria no puede ser pensada unidireccionalmente y casi exclusivamente como un producto acabado que la universidad fabrica para la sociedad, desvinculado de cualquier proceso de investigación. Por otro lado, que cualquier proceso investigativo, para que sea
significativo socialmente, debe partir de un interés común.
A través de nuestro primer año de trabajo creemos necesario redefinir el objetivo final de nuestro proyecto, esto es, la conformación de un archivo documental. Consideramos que otro tipo de soporte, tal como un libro o video, podría adecuarse mejor al trabajo conjunto con la Asamblea. Se trata de soportes móviles que podrían utilizarse como insumo en encuentros de reflexión para la acción política conjunta. Finalmente, entendemos, que la puesta en circulación de estas memorias de la política, el trabajo de reflexión sobre las mismas, abre el espacio para adentrarse en las experiencias pasadas, pensando en las acciones políticas presentes y futuras.

Actividades primer semestre de 2008
 Realización de entrevistas a vecinos, ex trabajadores del corralón
municipal, asambleistas y participantes de organizaciones sociales/políticas.
 Observaciones de campo en reuniones y actividades organizadas por la
Asamblea Barrial de Floresta (Celebración del 25 de Mayo, conmemoración del
día del barrendero, inauguración del nuevo edificio del Colegio Nº 18 "Dr.
Alberto Larroque"); en el CENS Nº 85 (Bacacay entre San Nicolás y Lamarca);
en la marcha Olimpo-Orletti y en la reunión de “Vecinos autoconvocados de
Floresta y Monserrat” por el tema de la seguridad.
 Desgrabación y sistematización del material de campo.
 Realización de un taller con vecinos del barrio convocados por la
Asamblea Barrial de Floresta, en el marco del festejo del 25 de Mayo, realizado
en el predio del “Corralón”.
 Participación mensual en las reuniones de la Asamblea Barrial de Floresta.

Bibliografía
Foucault, M.1992 Microfísica del poder, Las ediciones de la piqueta, Madrid.
Rabotnikof, Nora 2003 Política, memoria y melancolía, en Fractal, Nro. 29.
Rabotnikof, N. 2007 Memoria y política a treinta años del golpe, en Lida, C. E., H. Crespo y P. Yankelevich (compiladores) Argentina, 1976. Estudios en torno al golpe de Estado, México, El Colegio de México, pp. 260-261
Shanks, M. 2001 Culture/Archaeology. The dispersion of a Discipline and its Objects. Archaeologycal Theory Today, Ed. por I. Hoder. Polity Press, Cambridge pp. 284-305.
Todorov, T. 2000 Los abusos de la memoria, Barcelona, Paidós Asterisco.
Thomas Julian (2001), “Arqueologías de Lugar y Paisaje”. En Hodder,: Teoría arqueológica hoy, 168-186. Cambridge.